Caída del rey: Juan Carlos I tropieza y sufre contusiones en la nariz y la barbilla (FOTOS, VÍDEOS)
El rey ha sufrido en la mañana de este jueves un traspié y ha caído al suelo cuando visitaba la sede del Estado Mayor de la Defensa, aunque posteriormente ha continuado con normalidad los actos que estaban programados.
Tras pasar revista y saludar a la cúpula militar, don Juan Carlos ha accedido al interior del recinto, ha tropezado en un escalón y ha caído al suelo, aunque inmediatamente se ha levantado.
Como consecuencia de la caída, el monarca sufre algunas contusiones en la nariz y en la barbilla.
Sin embargo, sus lesiones no le han impedido presidir la reunión de la cúpula militar, encabezada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Fernando García Sánchez. Al acto han acudido también el ministro de Defensa, Pedro Morenés.
OTROS ACCIDENTES REALES
La caída se produce poco más de tres meses tras su accidente de caza en Botsuana, que obligó al monarca a volver a Madrid para ser operado de urgencia para una implantación de una prótesis de cadera.
En septiembre de 2011 fue operado por rotura del tendón de Aquiles, y pocos meses antes se le implantó una prótesis en la rodilla derecha.
El pasado noviembre, el monarca aparecía con un ojo morado tras darse un golpe en un "accidente doméstico".
En otra cacería, en octubre de 1988 en Suecia, el monarca recibió un golpe en un ojo, lo que le obligó a usar un colirio y a ponerse gafas oscuras. Por ello, el rey Juan Carlos asistió en noviembre de ese año a la entrega del Premio Carlomagno con el ojo amoratado.
En junio de 1981, el rey se golpeó contra una puerta de cristal después de jugar un partido de squash con el tenista Manolo Santana en la pista del palacio de la Zarzuela. Un mes tuvo que estar escayolado porque el cristal le cortó un nervio radial y tuvo que ser intervenido.
Más grave fue la fisura de pelvis que en enero de 1983 sufrió tras resbalar mientras esquiaba en la estación suiza de Gstaad, una caída que le obligó a guardar cama durante un mes y a usar bastones y un corsé pélvico durante el período de recuperación.
En febrero de 1995, sufrió una fisura en la zona próxima a la muñeca derecha tras resbalar en una placa de hielo cuando volvía de esquiar en la estación invernal de Candanchú. Se vio obligado a acudir con el brazo vendado a la boda de la infanta Elena que tuvo lugar el 18 de marzo de ese año en Sevilla.
No es la primera caída del rey. Recordamos otros tropiezos: