Utilizar la fe por la vía judicial y la comunicación amarillista para afianzar una posición partidista en medio de esta refriega política sin piedad que nos aqueja, supone la misma falta de respeto por las convicciones y emociones que la fe conlleva que el acto que se va a juzgar, pues no es una forma de defender la práctica religiosa y, además, se aleja del mensaje de misericordia de Jesús.
Las armas no son algo menor, indirecto, de grises. No. Las armas matan, hieren y destrozan vidas, sobre todo de civiles, de mujeres y niños, de hombres desarmados, de ancianos indefensos. Son el vehículo del odio, la venganza y la avaricia sin límite.
Los cerca de 60.000 millones de fraude en España sufragarían todo el presupuesto de salud del Estado. Los 43.000 millones del correspondiente a grandes empresas y fortunas, supera todo lo que el Estado destina al pago de la deuda pública, 36.000 millones.