Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, participó esta semana en la conmemoración del genocidio que asesinó a casi un millón de tutsis en Ruanda en 1994. Juncker fue uno de los dirigentes que, ayudado de una antorcha, encendió el monumento dedicado a las víctimas. El problema es que, una vez lo encendió, casi prende fuego a la primera dama de Ruanda, Jeannette Kagame. El momento fue captado por todas las cámaras.