Ambos pelean por la soberanía de este archipiélago, habitado por un puñado de ciudadanos japoneses y tomado por las tropas soviéticas en la Segunda Guerra Mundial.
Es la respuesta de Moscú a las sanciones por la guerra en Ucrania, una réplica "inaceptable", dice Tokio. Ambos se disputan la soberanía de las islas Kuriles del Sur.