La moda no ha creado un disfraz de Frida Kahlo para la noche de Halloween porque lo que declina es su espíritu, no sus prendas. Frida representa en sí misma la rebeldía y el cambio. Encarna el espíritu que se rebela eternamente contra los convencionalismos. Y la provocación es el gran lenguaje de la moda.
Les aseguro, señoras y señores, que ser una mujer moderna implica cumplir todos los requisitos de un atleta de élite: entrenar siete días a la semana, renunciar al tiempo libre y la vida social, realizar pruebas de resistencia física, competir para escalar puestos, seguir una dieta estricta, constancia, disciplina y una gran fuerza mental para aguantar la presión. Todo ello sin dopaje, sin patrocinios y sin personal trainer.
El político es un artistazo de los pies a la cabeza, porque da las pinceladas oportunas para satisfacer su ego: ni una más, ni una menos. Si a algo le apetece contestar, un brochazo y listo. Si no, pinta un Picasso y se le aplaude como si no hubiera mañana. "¿Me lo dedica?".
Las modelos aparecen agazapadas, retorcidas, idas, moribundas. Algunas desparramadas sobre la mesa, otras arqueadas sobre su espalda. La mayoría tiradas: en la alfombra, bajo tierra, en una silla vieja... las puntas de los pies hacia dentro y la boca entreabierta. Imprescindible agarrar bien los bolsos no vayan a salir volando. ¿De verdad que esto vende?