En ese lapso de años que va de 2001 a 2009, acogidos al mantra de la necesidad y deber de combatir el terrorismo, agencias de todo tipo, como la CIA, camparon a sus anchas violando derechos y recortando libertades, lo que devino en un clima social y político enrarecido, en el que el temor y el recelo a menudo bloquearon el sentido común. Instituciones respetables como el Senado se degradaron hasta extremos inimaginables en un país como EEUU.