Generalmente entendemos el fútbol como algo que provoca expectación, es decir, como algo que genera espectáculo. No se trata de un aspecto desdeñable, pues por ello el fútbol, al encarnar las más profundas emociones y sentimientos, transforma este espectáculo en una fuerza en sí misma.
Somos muchos los que decimos con toda naturalidad expresiones como 'sube arriba' o 'sal afuera', pero raramente las veremos escritas en un texto. Sin embargo, estas construcciones no se consideran incorrectas, pues, como señala José Martínez de Sousa.