
Blasfemar no es ilegal
Cuando las mujeres llevan a cabo actos de blasfemia, como el de FEMEN en la Catedral de la Almudena, cuestionan el papel que la religión les reserva: el de sierva, el de sometida a la voluntad de Dios. Como feministas, nos negamos a permanecer sumisas a ese sistema que abandera una mujer oprimida, nacida para ver, oir y callar lo que ordene la Iglesia.