federico trillo
Carta al exministro Trillo
Me da usted vergüenza, me da usted asco. Y solo espero que ahora, disfrace o no de voluntario su abandono de la embajada en Londres, no tenga la poca vergüenza de ir al mismo Consejo de Estado que lo ha considerado a usted responsable de la muerte de mi hermano y sus 61 compañeros.
¿Dimitir? No en España
Vicente Martínez Pujalte ocultó a la Comisión del Estatuto del Diputado su vinculación a la empresa de la que iba a recibir un salario mensual por asesoramiento. Para el PSOE, que ya obliga a sus diputados a dedicarse en exclusiva al Parlamento, hoy no hay duda de que Pujalte ocultó en su declaración de actividades su relación con Corporación Llorente, que vulneró el artículo 17 del Reglamento de la Cámara y que no debe seguir sentado en el escaño que ocupa.
Ni ético ni legal, señor Pujalte
Repita en voz alta, señor Pujalte: ni ético, ni moral. La Constitución y la Ley del Régimen Electoral General (LOREG) establecen la "dedicación absoluta" de los diputados salvo para la docencia, la gestión del patrimonio familiar y la producción literaria, científica o artística. Eso no es lo que usted y el señor Trillo hacían. Lo suyo tiene otro nombre y se llama "lobbismo".