Elecciones, referéndum y de nuevo elecciones, con un motín interno de por medio y una oposición política más digna de lo que cabía esperar. Por tercera vez en nueve meses, Alexis Tsipras asume una arriesgada apuesta política y la supera. Surge victorioso de las urnas como maestro del juego político. Pero ya no es el mismo. Es Tsipras 2.0.