Un megayate de lujo de 45 metros de eslora se hunde en la costa de Grecia porque un tripulante se dejó una puerta abierta por la que empezó a entrar agua. Tanto los cinco turistas que alquilaron el barco como las cinco personas de tripulación están sanos y salvos tras el hundimiento de este superyate por el que hay que pagar 200.000 euros a la semana.