El candidato opositor al chavismo, que ha sido reconocido como vencedor de las elecciones por el Congreso español y por la Eurocámara, niega el supuesto papel de Rodríguez Zapatero en su salida hacia España.
Esteban González Pons aseguraba que el Gobierno había ejercido "coacción" con Edmundo González y que el Gobierno estaba "implicado en el golpe de Estado" en Venezuela.
Las acusaciones de Esteban González Pons contra el Gobierno de Sánchez por las presiones sufridas por el opositor venezolano en la residencia del embajador español enturbian un día en el que la Eurocámara ha seguido lo pasos del Congreso en el reconocimiento de Edmundo González.
Responde en la Cadena SER a las acusaciones de González Pons contra el Gobierno español de "estar implicado en el golpe". El abogado señala que "quien lo dice deberán dar cuenta ante las autoridades competentes".
"En otras palabras, o firmaba o me atenía a las consecuencias", asegura el opositor, que lo ha denunciado días después de su llegada a España, en respuesta al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela que lo desveló ayer.
Después del asilo político a Edmundo González y que el Congreso instara al Gobierno a su reconocimiento como presidente venezolano, el régimen de Maduro ha pasado a la ofensiva, amenazando con romper hasta las conexiones comerciales.
El encuentro tiene lugar al día siguiente de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuviese una reunión discreta con el candidato que ha recibido asilo en España, siguiendo la línea dibujada por la Unión Europea.
El ministro de Exteriores venezolano, Yvan Gil, critica las "insolentes" declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, sobre la "dictadura" chavista y Caracas mueve la maquinaria diplomática contra Madrid. Estas son las consecuencias.
El ministro de Exteriores venezolano, Yvan Gil, critica las "insolentes" declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, sobre la "dictadura" venezolana.
Maduro se felicita de la marcha de quien le peleó las elecciones el 28 de julio (y las ganó, según sus actas), pero el gesto le supone un gran retroceso: menos apoyos, más amenazas de sanciones y la certeza de que emplea métodos desesperados.