Estamos ante una Comisión disfuncional que va a hacer más difícil que nunca el control parlamentario por el PE. La falta de correspondencia clara de las comisiones parlamentarias sobre sus objetos de control, presión e impulso político, obra de modo que prácticamente ninguna comisión parlamentaria tendría ahora competencia exacta con el área de gestión de ningún comisario.
El llamado "Estado de bienestar" ha sido sobreseído por un estado general de malestar y cabreo, con una UE encenegada en una doble recesión y recorrida como nunca por la pulsión nacionalista y el pesimismo más espeso.