Creo que a veces exageramos todos como sociedad, que cuando nos da por hacer algo sano lo llevamos al extremo hasta convertirlo en insano, o al menos en preocupantemente obsesivo. Y somos capaces de empezar con un poco de ejercicio, para después descubrir el running y vestirnos de fosforito, y acabar corriendo 24 horas desde Madrid hasta Segovia cruzando toda la sierra de Guadarrama.