El machismo está latente en la sociedad, en todos aquellos partidos políticos que no luchan por la paridad efectiva ni siquiera en sus propias filas. El machismo sigue vivo en cada empresa que reniega de la inteligencia de las mujeres y las destierra a puestos inferiores con peores sueldos y peores condiciones laborales. El machismo forma parte de una sociedad que nos agrede cada vez que nos identifica con la debilidad.