Es muy desagradecido tomar las riendas del barco cuando hay tempestad y cuando consigues la tranquilidad y el compromiso prescindan de ti", indicó Conchita en un comunicado.
Irse obligado de un trabajo poco difiere de la desvinculación amorosa. Porque dejar de ser imprescindible en un rol siempre nos duele, incluso cuando uno mismo tenga también ganas de dejar tal escenario. Duele porque nos lleva a encontrarnos con un perfil de la muerte: esa idea terrible de que el mundo puede seguir sin nosotros.