El primer ministro de Reino Unido llegó al liderazgo de su partido y a Downing Street con el reto de recomponer a la derecha y hacerla creíble. Nada de eso ha sucedido. Por más que trate de reivindicar sus éxitos económicos, nadie lo ve ganador.
Los Republicanos quieren formar un "bloque nacional" en las próximas elecciones legislativas adelantadas, rompiendo un cordón sanitario histórico en el país vecino.
"Eres una gran mierda", le espetó también al titular de Finanzas la polémica Rachida Dati, fichada a los conservadores en enero pasado. Si eran bromas, no lo parecen.
La coalición de centroderecha Alianza Democrática (AD) ganó las elecciones de este domingo en Portugal con un resultado muy ajustado frente al Partido Socialista (PS) y su líder buscará formar Gobierno.
La derecha clásica de la coalición Alianza Democrática es la favorita por escaso margen, con los socialistas renovando líder. No hay visos de mayorías absolutas.
El vicepresidente de la CE para el Pacto Verde, Frans Timmermans, deja sin habla a la prensa con su contundente respuesta, que se ha viralizado entre aplausos.
Fue un alquimista que sumó televisión, fútbol y política, precediendo al populismo de hoy, enarbolando la bandera del liberalismo salvaje y convenciendo a Italia de que podía dar estabilidad a un nido de piratas. Algo logró y algo se dejó por el camino.
El magistrado Ioannis Sarmás ha sido nombrado primer ministro interino del país, al frente de un Ejecutivo técnico que conduzca al país a las nuevas elecciones.
La política y su manifestación más notoria, las elecciones, son caldo de cultivo de los tópicos. Unos son ciertos, otros una verdad a medias, y un buen número de ellos resultan directamente falsos.
La actitud del PP contrasta con el convencimiento cada día mayor de sus correligionarios en la UE: ahora, contra Putin, y en paz, por el medio ambiente.
Una cosa es lo que se vota y otra lo que se es: los andaluces se declaran centristas pero responden al desgaste de 37 años de socialismo o la desunión de la izquierda.