La pérdida de influencia de España en América Latina es triste y preocupante. Triste, porque es el ámbito internacional en el que más podemos influir, y preocupante porque muchos intereses ciudadanos y económicos españoles no son debidamente representados y protegidos. Múltiples indicios nos hacen ver a España con una insoportable levedad en la mayoría de los ámbitos latinoamericanos, siguiendo una peligrosa estela europea de abandono geopolítico de la zona.