"Europa fue testigo del mayor incendio nunca antes registrado (el sufrido por Grecia en agosto), vivió uno de los años más húmedos, graves olas de calor marinas y devastadoras inundaciones ampliamente extendidas", dicen la ONU y Copernicus.
Desde África hasta Groenlandia, de Sudamérica a la Antártida. No se salva nadie. Los expertos del observatorio europeo Copernicus temen este "territorio inexplorado".
El Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago usa esta herramienta simbólica para recordar al mundo las amenazas atómicas, ambientales y tecnológicas.
Naciones Unidas rebaja su petición de fondos para este año, no porque las guerras, los terremotos o las inundaciones sean menos o haga menos daño, sino porque los países no aportan y se ciñe desesperada a lo básico: impedir que la gente muera.
Cerca de 200 países han acordado una hoja de ruta para dejar atrás los combustibles fósiles, culpables de buena parte de las emisiones y el desgaste del planeta. Una transición "equitativa y ordenada" con la vista en 2050.
El texto cerrado por los 200 países presentes en Dubái supone la primera mención directa a los principales responsables de la crisis climática: petróleo, carbón y gas.
Científicos y activistas se han encadenado y han desplegado una pancarta con el lema "Unidas frente al fracaso climático" para protestar contra "las falsas promesas y el greenwashing".
Un documento conjunto señala que los esfuerzos para generar “resiliencia” climática están “insuficientemente adaptados” a las necesidades reales y los retos que supone la crisis ambiental.
La vicepresidenta de Estados Unidos ha recordado en la COP28 que atajar la crisis climática requiere una financiación de aproximadamente un billón de dólares a lo largo de los próximos diez años.
"Aquellos que hablan o investigan la explotación de los combustibles fósiles, o los daños a la salud y al clima causados por ello, corren el riesgo de exponerse a vigilancia ilegal, arresto, detención y malos tratos", denuncia la organización.
Todas las claves de un evento entre la desconfianza y la esperanza, en el que se tiene que hacer balance de lo hecho y lo por hacer. El tiempo se acaba.
El 'premier' renuncia a gran parte de las medidas para el objetivo de "emisiones cero". "Está dando prioridad de nuevo a sus compinches del petróleo y del gas", denuncia Greenpeace.