En este país sin sindicatos, nos coordinamos de forma espontánea a través de las redes sociales y nos encontramos en las plazas fuertes de la República para protestar. Las manifestaciones están impregnadas de pacifismo y de alegría, cantamos, compartimos la cerveza o la Palinca con el vecino y, sobre todo, nos alegra ver que el pueblo lucha por su integridad.