El exjefe de Estado mayor, al mando en las dos últimas grandes ofensivas sobre Gaza, entra en política con un partido de centro derecha que empata en las encuestas con el Likud de Netanyahu.
Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor ofertan hoteles, pisos y restaurantes que "legitiman la existencia y expansión" de asentamientos en zona palestina.
Esta es la historia de Canaan, un refugiado residente en España que va a poder ver a sus padres, salidos de Gaza, y presentarles a su hija, a la que no conocen.
"Quien decide la capital es el país", defiende el presidente ultraderechista, obviando el conflicto internacional con Palestina y la disputa por la Ciudad Santa, hoy parcialmente ocupada.
Una bandera al viento, en mitad del combate, rodeada de humo. Un brazo poderoso que la enarbola con orgullo. Un arma en la otra mano. Una causa que defender.
Las milicias palestinas llevaron a cabo 150 lanzamientos, respondidos por el Ejército israelí con 140 bombardeos. Entre las víctimas hay una mujer embarazada y su hija de año y medio.
Trump rebajó las ayudas a la mitad, 256 millones menos, en su estrategia de defensa de Israel. Pero el organismo de la ONU avisa: "No estamos en venta".
A bordo viajaban 22 personas -tres españolas-, que querían introducir ayuda humanitaria en la franja y lanzar un mensaje de recuerdo al mundo ante un cerco de más de una década.
Entre los activistas se encuentran tres españoles. "La situación de Palestina representa la injusticia más grande, la vulnerabilidad del más indefenso", sostienen.