Los adalides del libre comercio pretenden decidir en cuartos oscuros, de espaldas a la ciudadanía, nuestro futuro y el de nuestros hijos. No vaya a ser que nos enteremos de que están poniendo todo en venta a precio de saldo para que unas pocas empresas sigan haciendo su particular agosto. Me vienen a la cabeza las películas de vampiros, decidiendo sobre el futuro de la humanidad en lugares lúgubres y oscuros. Vampiros que temen la luz del sol, como estos nuevos vampiros temen las filtraciones, la luz y los taquígrafos.