Mientras se preparaba para el campamento, Anne Marie se imaginaba lo peor. Pensaba que les enseñarían a rellenar hojas de cálculo. Había viajado desde Ghana a Ruanda para participar junto con otras 119 chicas de nueve países en un campamento de tres semanas dedicado a que las chicas estudien ciencia, tecnología, ingeniería, artes y diseño y matemáticas.