"Tienes el pelo muy -pausa- largo, ¿no?", me dijo el otro día una amiga, mientras se atusaba la práctica y pulcra melena que le llegaba hasta la barbilla. Lo que mi amiga pensaba en realidad era "demasiado largo"; con ese pequeño matiz de "para tu edad" que persigue a las mujeres de más de 50 años como un perrillo sin dueño.