Estamos inmersos en una cultura que sobrevalora todo lo que tiene que ver con la juventud. Ser joven es lo cool, es lo que toca. Sin embargo, si se echa un vistazo a las tendencias demográficas para los próximos 30 o 40 años, los reyes del mambo -por número, poder adquisitivo e influencia política- serán los jubilados.