El 13 de noviembre de 2015, una cadena de ataques yihadistas causaron 130 muertos y más de 400 heridos, un golpe que sacó a flote la debilidad del sistema ante el terror.
La obra había sido realizada en homenaje a las víctimas del atentado yihadista de París, y ahí ha estado, recordándolas, hasta que los cacos se lo llevaron un una furgoneta.
El radicalismo gana terreno, se extiende, se amplifica y lo hace ante los ojos atónitos de nuestros dirigentes. Los terroristas nacen o se invitan en nuestros países amparados por la incompetencia de una Europa paralizada, incapaz de tomar decisiones rápidas. Una Europa que dice defender los derechos de todos los hombres y mujeres pero que no sabe cómo protegerlos.