La sensación en el distrito con más renta de Madrid es que los morados son residuales: "Hay que gente que dice que nos va a votar pero lo dice en plan clandestino".
Madrid se vende en las maletas de quienes una vez vinieron sin saber si iban a quedarse y vuelven a su ciudad de origen unas cuantas veces al año diciendo "vuelvo a casa" cuando regresan aquí. En las bandas sonoras de sus calles, en sus sirenas, en el tañir de las viejas campanas del centro y en las canciones de quienes le dedicaron unas estrofas.