Se la juegan el pragmático conservador Mohamad Baqer Qalibaf, el ultraconservador Saeed Jalili y el reformista Masoud Pezeshkian. Quieren suceder al presidente Ebrahim Raisí, quien murió en un accidente en mayo.
La muerte del presidente en accidente de helicóptero no va a suponer una crisis de Gobierno, porque el poder real lo sigue teniendo Jamenei. El debate por la sucesión del líder supremo sí se dispara, porque el fallecido era el favorito.
Tel Aviv y Teherán no siempre se han odiado. Por un tiempo, fueron buenos socios. La Revolución Islámica lo cambió todo. Ahora, las acusaciones y ataques se cruzan sin que ninguno asuma quién empezó. Está por ver en qué queda su último choque.
Debe ser que el millar de chicas afectadas con dolor de cabeza, palpitaciones del corazón, nauseas o mareos e imposibilidad es pura histeria. Un clásico.
La revista francesa publica dibujos que escuecen en Teherán. "Son obsesivos y su único placer es controlar a los demás, tienen que asustar, contener y reprimir".
El anuncio hecho supuestamente por el fiscal general ilusionó en Occidente, pero no a los manifestantes. Nada ha cambiado, pero mientras no se habla de pena de muerte.
Más generalizadas, desafiantes y variadas, las protestas contra los ayatolás son ya las más prolongadas desde la Revolución del 79 y pasan de las reformas: piden cambio.
Pasados 40 días desde su asesinato a manos de la Policía, que ha generado protestas insólitas, sus defensores han gritado “Mujer, vida, libertad” ante sus restos.
Jamenei, el líder supremo, llama a no distraerse por "incidentes menores" que atribuye a Estados Unidos. Así llama al mayor levantamiento popular en años.
El líder de los ayatolás valora el ataque contra bases norteamericanas en suelo iraquí como un primer paso en la venganza por el asesinato de su general
El Pentágono ha explicado que el militar "estaba desarrollando activamente planes para atacar a los diplomáticos estadounidenses en Irak y en toda la región"