Varios operarios de Adif arrojaron al río Sil uno de los 11 vagones que descarrilaron el pasado 28 de julio en Sobradelo (Ourense), sin ningún tipo de protección. Según la entidad pública de transportes, “no hay riesgo de contaminación ni vertido de carga" porque se encontraban vacíos, pero afirma que se ha iniciado una investigación y que depurarán responsabilidades.