Aún no se había cerrado la instrucción de la catástrofe del Alvia en Santiago, cuando ya se inauguraba un nuevo falso tramo de AVE entre Palencia y León. ¿Cómo se atreve toda esta gente, los sonrientes inauguradores, a presentarse con su cuerpo gentil en estos actos impúdicos?
Si todas las personas físicas responsables del accidente de Alvia de hace dos años en Angrois, Santiago de Compostela, no acompañan al maquinista en el banquillo de los acusados, es que este juicio no busca que resplandezca la verdad y ser un modelo correctivo.