Tres años de luto en los trenes de España
Se cumplen tres años del accidente del Alvia 04155 en la curva de Angrois y muchos de los familiares y allegados de las víctimas siguen preguntándose una cosa: ¿qué pasó realmente?
Los familiares son los que luchan contra unas instituciones y representantes públicos que no paran de ponerles "trabas" en la búsqueda de la verdad, mientras que, dentro de los trenes, las tripulaciones llevan tres años intentando superar un episodio que marcó a muchos y se llevó a dos compañeros "muy queridos": David Bernardo Monjas y Olga Buitrago Valbuena.
Los dos tripulantes eran pareja, Olga incluso pidió un cambio de tren para ir con su novio en el Alvia 04155. Rogelio, el padre de David, es un miembro muy activo de la Asociación Plataforma Víctimas ALVIA 04155: "El dinero no influye. Lo único que quiero es que se haga justicia y se sepa la verdad. Sobre todo para que esto no vuelva a ocurrir".
Este domingo ha estado en Santiago de Compostela, en los actos de protesta contra los dirigentes políticos, que no han parado de "poner trabas" a la investigación del accidente. "Nos dijeron que iban a hacer una investigación independiente. Pero, como ha confirmado la Unión Europea, no fue tal. La llevaron a cabo dirigentes de RENFE y, por ejemplo, no se pusieron en contacto con las víctimas en ningún momento".
Además se sienten menospreciados por la exministra de Fomento Ana Pastor. "Hemos concertado tres reuniones con ella. En las dos primeras se limitó a decir que abriría la investigación independiente. Falso. Y en la tercera ni siquiera se presentó. En el Ministerio se limitó a decir que ya no era ministra [tras su nombramiento como presidenta del Congreso de los Diputados], pero habíamos concertado una entrevista con ella, no con el presidente de RENFE ni con el secretario de estado de Infraestructuras. Es un ninguneo".
Pese a este desamparo institucional, ya han conseguido dos importantes victorias. Agencia Ferroviaria Europea confirmó que la investigación no fue independiente y la Audiencia Provincial de A Coruña obligó a reabrir el caso que quería cerrar el juez de instrucción con la connivencia del fiscal. "En una reunión, el fiscal lo único que nos ofreció es dinero", recuerda Rogelio; "a mí no me van a callar con dinero".
Eso es posiblemente lo que más le indigna: que piensen que hacen esto por dinero. "Esto lo pagamos todo de nuestro bolsillo. Cada uno se paga su abogado y aportamos todos algo para la Asociación", explica el padre de David, que pese a que carga contra el PP y PSOE, que no hacen sino poner "trabas", repite, sí destaca la ayuda ofrecida por BNG, UPyD, IU, Ciudadanos y, ahora, las Mareas.
UNA LARGA ESPERA
Lo peor es que el que se alargue el proceso hace imposible pasar página cerrar este doloroso capítulo. "Al principio, cuando ocurre, te sientes arropado, pero cuando empiezan a salir noticias de fallos y nadie asume responsabilidades, la herida no sólo no se cierra sino que se hace más profunda", explica Ricardo Serrano, que era Jefe de Servicios A Bordo en 2013, y que acompañó a los padres de David y Olga aquel fatídico día; "La información llegaba a cuentagotas. La espera fue muy larga. No sabes qué decir". Serrano recuerda que los días y semanas siguientes el ambiente en los trenes se enrareció, "había mucho silencio".
En las tripulaciones también siguen siendo palpables las secuelas emocionales y destacan que muchas veces se sienten de segunda y que los pasajeros no son conscientes de que a ellos también les tocó muy de cerca. "Recuerdo aquel día como algo increíble, que ni se me pasó por la cabeza vivir jamás", recuerda un compañero de David y Olga; "antes éramos pocos, así que nos conocíamos todos y ellos entraron prácticamente a la vez que yo".
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Imagen de archivo de los restos del tren siniestrado en Angrois
Cada vez hablan menos del tema y de sus compañeros, pero siempre salen anécdotas y llegan los aniversarios. Hay quien desde hace tres años no va a trabajar con la misma alegría que antes. Hay algunos, los más cercanos a David y Olga, que no han vuelto a hacer esa ruta, si les toca piden un cambio.
Otros les tocó hacerla poco después. "Hubo un silencio sepulcral al pasar por esa curva. Me resultó muy triste ver la poca sensibilidad de la gente que te preguntaban, como con morbo, que si por ahí cerca era dónde había sido el accidente". "Muchos lo vivimos en un tren, y al día siguiente estábamos montados en otro repartiendo periódicos con las fotos del accidente. No pasas el luto".