Cómo detectar a un narcisista
Los narcisistas se exhiben con bravuconería por el mundo. Despliegan arrogancia, falta de empatía y una enorme necesidad de admiración. El narcisismo es mayor entre el género masculino. Pero no es fácil detectarlos a primera vista, ya que suelen exudar un aire carismático y de éxito.
Los narcisistas se exhiben con bravuconería por el mundo, fanfarroneando y presumiendo de sus supuestos dones. Despliegan arrogancia, falta de empatía por otras personas y una enorme necesidad de admiración, aunque estas características no sean tan evidentes de primeras, ni en el trabajo ni en las relaciones. Los narcisistas son ególatras, engreídos, manipuladores y exigentes, y casi siempre están convencidos de que merecen un trato especial.
Curiosamente, suelen tener una autoestima alta. Sin embargo, no hay que confundir el narcisismo con la autoestima. Las personas que tienen una alta autoestima tienden a ser humildes, mientras que los narcisistas raramente lo son. En el fondo, son inseguros inflados por un exagerado amor propio.
Sea cual sea su capacidad intelectual y apariencia física, suelen pensar que son físicamente más atractivos e inteligentes que casi todo el mundo, y necesitan ser admirados más que gustar. Tienden a enfurecerse cuando les dicen que no son guapos o brillantes, aunque no les afecta mucho si alguien les dice que son egocéntricos.
Los narcisistas se desarrollan en diferentes campos, ya que nuestra sociedad actual constituye un caldo de cultivo para este tipo de personalidades. Proliferan en los medios de comunicación y el entretenimiento (como los reality shows televisivos por ejemplo) y en las situaciones de liderazgo en las que pueden deslumbrar y dominar a los demás sin tener que cooperar o sufrir las consecuencias de una mala reputación. Ser monje y narcisista sería paradójico, ser Paris Hilton y narcisista es casi loable hoy en día.
No son tan detectables a primera vista, ni en las primeras interacciones, ya que suelen exudar un aire carismático: atractivos, competentes, encantadores, con sentido del humor e incluso pueden demostrar calidez interpersonal.
Puesto que el control es tan importante para los narcisistas, pueden perder repentinamente su encanto si son desestabilizados o se sienten amenazados. Este comportamiento de dos caras es a menudo el primer indicio de su verdadero carácter. Se cabrean cuando son rechazados, reaccionando de forma exagerada a los pequeños desaires, y castigan incluso a los que no apoyan una imagen grandiosa de sí mismos.
Parece que los narcisistas buscan a personas que alimentan la alta imagen positiva de sí mismos, y al mismo tiempo tratan de evitar intencionalmente (y sofocar incluso) a las personas que les puedan dar una dura dosis de realismo. La búsqueda de admiración es como una droga para los narcisistas, y en el largo plazo se les hace difícil sostenerlo, ya que los demás no van a estar constantemente aplaudiéndoles. Por eso, siempre tienen que buscar nuevos conocidos para poder recibir las siguientes dosis. Quizás por ello mantienen sólo débiles lazos con los demás y tienden a cambiar frecuentemente sus contextos sociales con el fin de encontrar nuevo público. Los narcisistas suelen gozar de un cierto grado de popularidad alrededor, por lo que obtienen feedback positivo que les alimenta, pero se devalúan a largo plazo, cuando la gente ve realmente cómo son. Curiosamente, ¡esto no les importa lo más mínimo!
¿Cómo es posible que mantengan su autoimagen inflada a pesar de que saben cómo son percibidos por los demás? Mi teoría es que piensan que la arrogancia es un rasgo positivo, como la extraversión. Además suelen creer que los otros les envidian, por lo que jamás se cuestionan sus propios comportamientos ni percepciones.
En las relaciones de pareja, su carisma y brillo, su entusiasmo inicial y el encanto que ofrece el narcisista es difícil de resistir. Pero la satisfacción no dura mucho. La pareja del narcisista enseguida termina frustrándose. Por eso su fuerte son las parejas sexuales y románticas de corto plazo. Ahí se crecen y son más difíciles de detectar.
De lo que no se dan cuenta es de que en sus ansias de auto-afirmación destruyen las relaciones de las que son dependientes y van dejando atrás una lista interminable de personas a las que han herido con su egoísmo.
Las estadísticas muestran que el narcisismo es mayor entre el género masculino, así que concluyo con un consejo para las mujeres. Si os veis saliendo una y otra vez con imbéciles y sufriendo por ellos, frenad y cambiad de estrategia. Conceded una oportunidad a aquellos que al principio no os llaman la atención porque no os parecen tan atractivos, llamativos o exitosos. Permitid que se abran y puedan mostraros sus cualidades y su verdadera riqueza interna. Os puedo asegurar que merece la pena.