Ideas para vestidores
Armarios, cómodas, cajones secretos o altillos, da igual el número que tengamos: el almacenamiento en casa siempre es insuficiente. Por eso, si encontráramos una lámpara con tres deseos y el genio nos concediera tres mejoras en casa, ¿quién no se pediría un vestidor?
Armarios, cómodas, cajones secretos o altillos, da igual el número que tengamos: el almacenamiento en casa siempre es insuficiente. Por eso, si encontráramos una lámpara con tres deseos y el genio nos concendiera tres mejoras en casa, ¿quién no se pediría un vestidor? Son poco corrientes de ver y quizá ese sea el motivo que les convierte en objeto de deseo. Sin embargo, nadie cuestiona su funcionalidad, ya que permiten almacenar nuestro vestuario, zapatos y complementos de manera compacta en el dormitorio. Se asocian al lujo y algo de razón se tiene: contar en casa con la superficie necesaria para montarse uno de estos es todo un privilegio. Sin embargo, estos primos hermanos de los trasteros, pero de estilo más pomposo, han evolucionado y en la actualidad es posible encontrar diferentes recursos para crear un vestidor que se adapte a nuestra propia realidad. En cuestión de almacenaje, ¡sobran las ideas!
Luces, cámaras, ¡camerinos!
En su versión más artística, y siempre y cuando sobran los metros cuadrados, encontramos el vestidor-camerino. Su nombre lo explica todo: este espacio de casa convierte a sus habitantes en estrellas de cine. En uno de sus lados hay un largo perchero del que cuelgan todas las prendas; en el otro, una gran estantería acoge los zapatos. Sin duda, el espacio está bien aprovechado. Pero quizá lo que más llame la atención no sea su funcionalidad, sino su magia. La iluminación en este escenario es especial: fluye de los rincones y enmarca el elemento que nunca falta en un buen vestidor: el espejo.
El discreto
Parece un armario más pero no lo es. Este vestidor está camuflado en el dormitorio tras unas puertas pivotantes que al accionarse dejan ver un espacio exquisitamente diseñado. Los zapatos se colocan en el trasdós de las puertas, mientras la ropa cuelga de un perchero negro que rompe la homogeneidad amarilla del interior. Otra vez más, luces y espejos alteran la realidad y nos llevan a otra dimensión: la de una cueva secreta.
El que se esconde
La falta de espacio puede significar sacrificios a priori, pero los finales pueden ser felices. La prueba la encontramos en este apartamento de 28 metros cuadrados donde, ¿quién podría imaginarse que podría tener cabida un vestidor? No es uno corriente, desde luego. Sin embargo, soluciona el almacenamiento de sus habitantes sobradamente y ocupando el menor espacio posible. Este ropero se asoma por debajo de la escalera y se esconde tras ella para no entorpecer. Visto y no visto.
El oculto
En la misma línea que el anterior, este vestidor soluciona el almacenamiento de una casa ocupando el menor espacio posible. Debajo de los colchones ya no se encuentra dinero, solo ropa y complementos, que han encontrado en este recóndito lugar un escondite donde resguardarse.
Las pequeñas ideas
A pesar de que no se trate de un vestidor, ni siquiera de un armario, este diseño demuestra que cualquier espacio puede convertirse en uno. No hace faltan puertas que lo cierren, tan solo echarle imaginación al asunto para poder convertir una sencilla balda en un original armario: decoración que soluciona necesidades.