Una viajera veterana asegura haber encontrado el secreto mejor guardado de España en esta comunidad
Un destino encantador que suele pasar desapercibido.

España es tierra de numerosos secretos y tesoros escondidos, un destino que, no importa cuántas veces lo puedas recorrer, siempre te sorprenderá con nuevas experiencias. Su rica historia, paisajes cautivadores y una gastronomía única lo convierten en uno de los lugares favoritos de viajeros de todo el mundo, invitándolos a descubrir rincones insospechados y poco comunes en cada visita.
En una de sus recientes aventuras, la viajera veterana Lina Zeldovich ha visitado entusiasmada Aragón, un lugar que a menudo pasa por alto en favor de otros destinos más populares como Madrid o Barcelona. “Podría ser el secreto mejor guardado de España, con su etérea capital, su impresionante paisaje montañoso y su gastronomía, que rivaliza con la de los restaurantes con estrellas Michelin”, asegura la periodista en el medio Escape.
Con una geografía que se extiende por paisajes montañosos imponentes y grandes campos, llegando incluso a tener una superficie mayor que Suiza, esta comunidad se erige como uno de los destinos menos concurridos pero más cautivadores del país. “Está impregnada de historia, pues reyes islámicos y cristianos lucharon aquí durante siglos”, relata la viajera. Cada rincón narra leyendas y tradiciones milenarias, mientras sus pueblos medievales y monumentos históricos invitan a descubrir un legado único.
Historia y gastronomías unidas
La capital, Zaragoza, se presenta como el punto de partida ideal para explorar esta región milenaria, ya que está repleta de tesoros históricos y museos que permiten conocer más acerca de esta antigua estratégica ciudad romana. Además, alberga fortalezas tan emblemáticas como el Palacio de la Aljafería, residencia de reyes islámicos del siglo XI; y la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, famosa por la leyenda de la aparición de la Virgen María al apóstol Santiago.
Más allá de la capital, el territorio aragonés ofrece paradas de belleza extraordinaria como el Castillo de Loare, una antigua fortaleza con mil años de historia; así como el Monasterio de San Juan de la Peña construido en parte excavado en la roca que sobresale, consolidándose como un testimonio de la fusión entre la arquitectura y la naturaleza. “La naturaleza aragonesa es igualmente espectacular; los Pirineos son una apuesta segura”, concluye Lina.
La travesía de la viajera también la llevó a degustar varias delicias locales. “Antes de ir a la montaña, me abastezco de frutas de Aragón, una exquisitez local hecha con peras, melocotones, albaricoques y cerezas confitadas bañadas en chocolate negro”, asegura. Posteriormente, visitó el pueblo medieval de Alquézar, del que destaca sus calles empedradas, sus casas originales y la esencia de una comunidad que abraza sus raíces.
“Estoy muy agradecida de poder saborear este destino, delicioso en más de un sentido, antes de que las multitudes lo devoren”, concluye Lina Zeldovich. Su testimonio es una invitación para que los amantes de la gastronomía y la historia descubran un rincón de España que todavía permanece alejado de la masificación turística, preservando su autenticidad y encanto.