Este es el pueblo más antiguo de toda Castilla La-Mancha: refugio toledano de íberos

Este es el pueblo más antiguo de toda Castilla La-Mancha: refugio toledano de íberos

Una localidad donde llegaron a convivir múltiples culturas.

Imagen de ToledoFrancesco Riccardo Iacomino

Históricamente, Castilla La-Mancha ha sido un territorio en el que se han sucedido numerosas culturas, religiones y pueblos. Un legado que hoy se refleja en forma de tesoros romanos y medievales, castillos y fortalezas que han custodiado la riqueza natural de los ríos, llanuras y bosques. Concretamente, la provincia de Toledo esconde en su interior el que ha sido recientemente reconocido como el asentamiento más antiguo de toda la comunidad.

Se trata de Villarrubia de Santiago, un pueblo desconocido por muchos que en su día llegó a estar poblado por íberos, romanos y árabes, y que alcanzó en la Edad Media su época dorada. Con apenas 2.500 habitantes, este municipio se proclama como el más antiguo del territorio manchego con restos arqueológicos que se remontan al siglo XIII. Concretamente, esta fue fundado en el año 1204 por el maestre Fernán González de Marañón.

Sus calles están llenas de vestigios que indican la presencia de diversas culturas en una época pasada. Entre los lugares más emblemáticos se encuentran la Iglesia de San Bartolomé, la Casa de Lara, la Ermita del Castellar y el yacimiento arqueológico del Hoyo de la Serna. Aunque una de las mayores curiosidades de la región es lo que se conoce como la maleta olvidada, es decir, un antiguo baúl perteneciente a Santa Teresa de Ávila que esconde un misterio en su interior.

Un pueblo cargado de historia

Villarrubia de Santiago fue en su día un enclave crucial en la red de asentamientos íberos que se extendían por la Península Ibérica. Su localización las estribaciones de los montes de Toledo le brindaba un refugio natural de características únicas, un lugar protegido de posibles invasiones y bien comunicado con otros pueblos. Esto fue lo que facilitó su desarrollo como comunidad en un punto neurálgico y privilegiado.

Los primeros núcleos de población cristiana que se establecieron en este pueblo tras la Reconquista buscaban la protección del castillo de Tormón, dando lugar a Biezma, la aldea antecesora de Villarrubia. Además, a este territorio también llegaron dos encomiendas de la Orden de Santiago, a la cual le debe parte de su nombre. Durante varios siglos el control de esta institución implicó que este pueblo y sus alrededores quedaran bajo la jurisdicción y protección de la orden.  

En 1576 habitaban en Villarrubia una veintena de hidalgos y años más tarde, en 1645, se dice que el pueblo era tierra fértil abundante en ganados, fruta y caza. Este factor es clave para entender el desarrollo progresivo que vivió esta localidad desde su fundación hasta el día de hoy. Además, según los indicios encontrados en el yacimiento arqueológico del Hoyo de la Serna, se llegó a deducir que este pueblo era antes una antigua ruta de la Edad del Hierro.

Con este descubrimiento, Villarrubia de Santiago no solo refuerza su identidad histórica, sino que también se posiciona como un punto clave para comprender la evolución de los pueblos prerromanos en España, demostrando que su pasado es mucho más profundo y significativo de lo que creíamos hasta ahora.