El pueblo con más 'guasa' de España está en Aragón y tiene menos de 100 habitantes
Una localidad situada en un enclave natural privilegiado.
Aragón, conocida por su imponente riqueza paisajística, es también un territorio lleno de historia, tradición y de nombres curiosos. Entre los pequeños pueblos que salpican esta comunidad, algunos destacan no solo por su belleza, sino por la peculiaridad de sus denominaciones. Desde Gallocanta (Zaragoza) hasta Pancrudo (Teruel), hay una gran variedad de nombres que despiertan la curiosidad de quienes los escuchan.
Uno de ellos es Guasa, una pequeña localidad del municipio de Jaca, en la provincia de Huesca, que destaca por su topónimo y su carácter singular. Un rincón que, fiel a su nombre, sabe combinar la tranquilidad rural con un ingenio que lo convierte en un destino único. Escondido entre montañas y paisajes de postal propios de la Val Ancha, este pueblo cuenta con menos de 100 habitantes que forman una cálida comunidad.
Con un nombre que coloquialmente significa ‘broma’ o ‘chiste’, Guasa ofrece mucho más que un ambiente acogedor. Este pequeño pueblo se encuentra rodeado de un entorno natural privilegiado, con vistas a las montañas pirenaicas y un aire limpio que revitaliza a cualquiera que lo visite. Además, la cercanía a Jaca lo convierte en un punto de partida perfecto para numerosas rutas de senderismo y explorar así la rica biodiversidad.
Pequeño pero histórico
Aunque es una localidad relativamente pequeña, Guasa tiene una larga historia como parte del municipio de Jaca, uno de los centros históricos más importantes del Pirineo. Sus orígenes se remontan a tiempos medievales, cuando estas tierras formaban parte de los dominios del Reino de Aragón y, aunque hoy cuenta con pocos habitantes, sigue conservando su esencia rural y tradicional tan característica.
Si nos adentramos por sus calles podemos apreciar una arquitectura típica del Pirineo, con casas de piedra, tejados inclinados de pizarra y pequeños detalles en madera que aportan un aire acogedor y lleno de autenticidad. Entre sus edificios más emblemáticos destacan la iglesia parroquial y la antigua casa abacial, así como la Casa Lacué, Casa Bonis y Casa Simón. También son interesantes las antiguas escuelas, rehabilitadas como centro social; la vieja herrería y la fuente.
Finalmente, cabe destacar que no importa el tamaño cuando se trata de espíritu comunitario, y en esto Guasa es experto. Los vecinos han sabido mantener, a lo largo de las generaciones, sus fiestas locales tan queridas que se celebran para San Sebastián (20 de enero) y la Santa Cruz (3 de mayo). Además, es un gran participe de romerías y los vecinos destacan por su hospitalidad, haciendo sentir a cualquier visitante como en casa.