Este es el pueblo de Granada que celebra la Nochevieja en agosto por un apagón
Una entrañable tradición que nace de un imprevisto.
La Nochevieja es más que una simple tradición, es un momento cargado de simbolismo en el que dejamos atrás el pasado y damos la bienvenida a nuevas oportunidades. Más allá del cambio de fecha en el calendario, esta festividad representa renovación, esperanza y el compartir con los nuestros la ilusión por un futuro mejor. Aunque esta celebración se asocia con el último día del año, ¿sabías que hay algunos que lo celebran en pleno verano?
Sí, como lo lees. Enclavado en las Alpujarras granadinas se encuentra Bérchules, un pueblo famoso por una tradición única en el mundo: celebrar la Nochevieja en agosto. Lo que podría parecer una excentricidad tiene su origen en un evento inesperado que marcó a este municipio en el año 1994. Se trata de un apagón que dejó a los vecinos sin luz la noche del 31 de diciembre, impidiéndoles dar la bienvenida al año nuevo como es tradición.
El corte de luz tuvo lugar a escasos momentos de que empezaran a tocar las campanadas, dejando sin electricidad a sus 700 habitantes. Por ello, para compensar lo ocurrido y no quedarse sin la cuenta atrás de aquel año, los vecinos decidieron repetir la fiesta en verano, ya que es cuando más luz hay y ni siquiera otro apagón podría arruinar el momento. Así, todos se pusieron de acuerdo para celebrar la Nochevieja el primer fin de semana de agosto de 1995.
Una Nochevieja calurosa
La Nochevieja en agosto de Bérchules combina lo mejor de las tradiciones navideñas con el encanto del verano. De esta forma, las calles del pueblo se llenan de vecinos y turistas que disfrutan de uvas, cava y villancicos con el calor típico de agosto aún apretando. Una tradición que se mantiene a día de hoy casi 30 años después de su primera edición, convirtiéndose en un evento único que celebra el ingenio de una comunidad que transformó un imprevisto en una festividad inolvidable.
Sin duda, esta peculiar tradición ha revitalizado el turismo en Bérchules. Actualmente, la fiesta reúne a unos 12.000 participantes cada verano, tanto vecinos de otras comunidades andaluzas como turistas internacionales que viajan de todas partes del mundo para vivir una Nochevieja de lo más veraniega. Por ello, a las 23:00 horas se reúnen todos en la plaza del pueblo para, a su manera, dar comienzo al año nuevo.
Una vez terminadas las campanadas, la música se apodera del acogedor ambiente para dar paso a la gran fiesta, eso sí, esta vez sin los abrigos típicos de las fechas navideñas. A casi tres décadas de aquel apagón, Bérchules ha consolidado esta festividad como una de las más originales de España, demostrando que la magia de la Navidad no tiene fecha, sino espíritu. Un evento único que invita a reflexionar sobre cómo las adversidades pueden transformarse en oportunidades si se confrontan de la forma correcta.