El apogeo del amor liberal y por qué "no sería tan fácil sin el auge de la salud mental"

El apogeo del amor liberal y por qué "no sería tan fácil sin el auge de la salud mental"

Una pareja, una socióloga y una mujer con discapacidad detallan, desde su perspectiva, cómo son los vínculos y el ambiente liberales.

Tres pares de manos formando corazonesGetty Images/iStockphoto

Conceptos como "poliamor", "relación abierta" o "swinger" están cada vez más integrados en nuestro día a día. El tipo de sexualidad que disfruta cada uno, una o cada pareja según van pasando los años se va alejando de lo estrictamente convencional. Así lo avalan los datos: según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en esta materia, el 47,6% de los españoles está "muy de acuerdo o de acuerdo" en que una persona puede tener "dos o más relaciones afectivo-sexuales a la vez". Dentro de este tipo de dinámicas no monógamas, existen múltiples modelos, según ha explicado la socióloga Cecilia Bizzotto en declaraciones para Huffpost, durante un evento organizado por JOYclub.

Por un lado, se puede mantener una relación sexualmente abierta y, por el otro, una sexoafectivamente abierta. Dentro de esta última categoría se encuentran las personas poliamorosas. Mientras que en la primera se encuentran los swingers o liberales. "Luego hay muchos tipos, pero estos son los principales", detalla Bizzotto.

"Entre swinger y liberal, la única diferencia es que los swingers siempre está la cosa de hacerlo juntos", continúa su explicación. Mientras que las parejas swinger prefieren abrirse a terceras personas de manera conjunta, los liberales, "o pareja abierta, que es el nombre que, generalmente, le ponemos", aclara la socióloga, son los que suelen ir más separados a estos encuentros. 

La sapiosexualidad y la excitación por la inteligencia

Las formas de vivir la sexualidad son variadas y hay quien encuentra otra alternativa a través de las pantallas. Un ejemplo es el de Tes, una mujer con discapacidad física y usuaria de esta plataforma que precisa de una silla de ruedas para poder moverse y que comenzó en la red. 

"En el online no encuentras ese rechazo que encuentras físicamente"
Tes, usuaria de JOYclub

"Yo tengo mucha vida online, en el online no encuentras ese rechazo que encuentras físicamente", añade. En este sentido, uno de los aspectos que destaca es cómo influye la mirada del resto de personas en los locales liberales "te quita el deseo", dice. 

"Cuando vas a tener sexo, es una cosa importante a la hora de la confianza, la mirada de pena, la mirada de 'no sé qué hacer contigo', la mirada de miedo te quita el deseo. Es una cosa psicológica", cuenta. Sin embargo, "online disfruto de mis fantasías sexuales, a través, sobre todo, de relatos". "Yo soy más lo que se conoce como sapiosexual y me gusta la palabra, me excita mucho la inteligencia", detalla. Y concluye: "Eso, para mí, es muy fácil".

Aunque este no es el único inconveniente que ha encontrado. La accesibilidad a locales de ambiente liberal no siempre es óptima. Ha intentado ir en dos ocasiones a uno de estos. En una de ellas, quiso ir acompañada por un hombre con el que había chateado a través de la aplicación. 

"Ya le había dicho que nunca había ido a un club y cuando me dijo 'a las diez en la puerta', me dio un shock", cuenta Tes. "Era un desconocido y me lo dijo dos horas antes —de quedar—, le dije que no". "Entonces, tuve la sensación de que quería entrar conmigo porque es más barato entrar con una mujer", apostilla. 

En la segunda de las ocasiones, se apuntó a una quedada, pero no pudo acudir. "Me dijeron que yo no podía quedarme sola, que tenía que ir con un acompañante obligatorio que se quedara todo el rato conmigo. Me enfadó tanto, que no fui", cuenta. En ese establecimiento en concreto, el spa se encontraba en la planta de abajo, pero los vestuarios, en la de arriba.

Y, aunque propuso que le dejaran cambiarse y entrar al spa con una bolsa en la silla de ruedas, la respuesta fue "que no se podían saltar ninguna norma por mí y que, además, no podía quedarme sola. Es superinfantilizador", concluye.

Más demanda de mujeres, pero "mucho machismo por deconstruir"

El machismo intrínseco de la sociedad se traslada a las distintas esferas y dinámicas que en ella se desarrollan. Y así ocurre también en el ambiente liberal. De hecho, en los clubs liberales "yo creo que todavía hay mucho machismo por deconstruir", detalla la socióloga. Se dan circunstancias como que los hombres, para poder acceder a un local de estas características, tengan que pagar más.

Ello se debe a que, por norma general, los hombres suelen mostrar un mayor interés en acudir a estos establecimientos. Sin embargo, "la demanda es más de mujeres", apunta Bizzotto. "Las parejas quieren mujeres, para hacer el trío; los hombres suelen buscar mujeres, porque suelen ser hombres heterosexuales; y las mujeres, también buscan mujeres, generalmente", añade.

Por lo tanto, la entrada para los hombres suele ser más cara y, en algunos lugares, hasta se les acota. "Tú, como chica sola, en estos espacios, puedes hacer todo lo que te dé la gana. Pero, como chico solo, no. Entonces, yo creo que eso habla mucho de nuestra sociedad machista", explica Cecilia, que subraya que el quid de la cuestión se encuentra en por qué las féminas "no nos sentimos cómodas en estos espacios, por qué nos da miedo, por qué tenemos nosotras tantos tabús".

"Lo que tenemos que hacer las personas jóvenes y las mujeres es apropiarnos de estos espacios y que sean para nosotras"
Cecilia Bizzotto

"Lo que tenemos que hacer las personas jóvenes y las mujeres es apropiarnos de estos espacios y que sean espacios para nosotras", concluye. "Y esto está pasando mucho en los clubs liberales, que cada vez vienen más grupos de chicas, amigas, que vienen juntas a pasarlo bien", cuenta.

Dos razones primarias: ideología y fantasía

Los motivos por los que las personas suelen preferir las dinámicas menos convencionales pasa por dos "razones primarias", detalla Bizzotto: o por fantasías sexuales o por cuestión ideológica. Las primeras son de muchos tipos: desde el sexo en grupo, hasta otras relacionadas con la dominación, la sumisión, o cualquiera de las prácticas del BDSM. Mientras que la cuestión ideológica tiene que ver con el significado que ha dado el imaginario colectivo al "amor romántico".

Algunas ideas que pueden llevar a una persona a preferir una relación no monógama pueden pasar por creer que "no quiero estar con una persona toda la vida", ejemplifica la experta. O "que las ideas de la media naranja a mí no me cuadran; creo, además, que son muy antifeministas porque perpetúan para la mujer unos roles muy concretos de las tareas de cuidados", entre otros. Y, por ello, puede concluir que prefiere seguir unas dinámicas liberales en sus relaciones.

"El mensaje es 'deconstruye el amor romántico, pero vívelo como tú necesites"
Cecilia Bizzotto

Ahora bien, el mensaje que traslada no pasa por poner fin a la monogamia. Si no "deconstruye el amor romántico, pero vívelo como tú necesites", subraya Cecilia Bizzotto. De hecho, las parejas liberales van adaptando su relación y los pactos de la misma en función de las demandas de cada uno de los integrantes. Es el caso de Olga y Sergio. "Los dos teníamos claro que no queríamos la típica relación convencional, la monógama", explica ella.

"Y lo que hicimos fue irla creando con pinceladas de poliamor, de relación abierta, de swinger… Y la hemos ido adaptando a nuestras necesidades, a las personas que conocemos en el momento y a cómo nos sentimos", prosigue. Y termina la explicación su pareja, Sergio, que cuenta cómo "ha ido evolucionando" su vínculo.

De hecho, hubo un momento en el que llegaron a cerrarla. "En un inicio, era una relación abierta. Luego, la pasamos a swinger, de swinger tuvimos, incluso, algunos meses que la cerramos. Después, una swinger y, al final, apostamos más por el poliamor", detalla Sergio.

En este sentido, tanto Olga y Sergio como Bizzotto, defienden que la comunicación es un "pilar" para que este tipo de dinámicas funcionen. "Yo creo que, sin el auge de la salud mental, no sería tan fácil el auge del poliamor", opina la socióloga. "El poliamor necesita cuidados y necesita mucha responsabilidad afectiva. Mucho trabajo comunicativo, mucho autoconocimiento para saber cómo me siento, qué necesito de ti. Es un trabajo psicológico", afirma la experta.

Ello radica en que en las relaciones poliamorosas "está legitimado y es buscado que tú tengas vínculos sentimentales con otras personas. Eso es difícil de mantener", prosigue Bizzotto. Por lo que la labor comunicativa que se debe desarrollar entre las distintas partes implicadas en estas relaciones "es superbestial".

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Aitana Villegas es redactora de LIFE en El HuffPost. Se graduó en Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid y ha pasado por las redacciones de Público y Diario AS. Puedes contactar con ella escribiendo a: avillegas@huffpost.es