La nueva moda sexual trae de cabeza a los médicos por las adicciones: "Se nos va de las manos"
Los expertos apuntan que las personas que recurren al chemsex como vía de escape de problemas personales o laborales.
Consumir drogas para vivir experiencias sexuales más intensas y por más tiempo. La práctica del chemsex, que en capitales como Madrid o Barcelona han alcanzado la categoría de problema de salud pública, se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza para los sanitarios, preocupados por el aumento de enfermedades de transmisión sexual.
Esa es una de las cuestiones que analiza el podcast Hoy en El País, que en su última entrega ha puesto el foco sobre este tipo de práctica sexual que en los últimos años ha ganado en popularidad al mismo tiempo que aumentaban las enfermedades de transmisión sexual. "Este aumento del chemsex se produce en un contexto en el que prolifera una terapia que se conoce como prep, que sirve para evitar contagiarse de VIH", explica Pablo León, uno de los autores del reportaje publicado en El País en el que a través de varios testimonios se narran diferentes experiencias con estas quedadas en las que, normalmente, se practica sexo sin protección.
Más allá de los peligros que conlleva la práctica sexual sin protección, el chemsex supone también un contacto con las drogas que, en algunos casos, se convierte en una verdadera adicción. "Primero quedas para drogarte y consumir algo que te va a excitar, pero a medidas que vas profundizando y vas consumiendo cada vez más, se convierte en un problema porque quedas con la excusa del sexo, pero en realidad lo haces para consumir", comenta Pablo Linde en el podcast, el otro autor del reportaje de El País.
Un comentario que llega justo antes de escuchar algunos testimonios que han desarrollado una relación complicada y adictiva con el chemsex. Como el de Fernando, que explica el proceso de autodestrucción que ha vivido con esta práctica. Los expertos apuntan que las personas que recurren al chemsex como vía de escape de problemas personales o laborales.