Un estudio relaciona el Alzheimer con hurgarse la nariz
Los investigadores señalan que su hipótesis se ve reforzada por los experimentos que se han llevado a cabo con animales para otros estudios.
La enfermedad del Alzheimer es la forma más común de demencia, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De los más de 55 millones de casos que este organismo tiene registrados de demencia, esta enfermedad en concreto representa entre el 60 y el 70%.
El detonante de la misma se encuentra en la mutación de unos cromosomas concretos. Sin embargo, un estudio publicado por el Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI) apunta que hurgarse la nariz podría ser un hábito que termine por contribuir al desencadenamiento de la enfermedad.
En concreto, el estudio indaga en la hipótesis de que la neuroinflamación que se da durante la enfermedad "podría estar causada parcialmente por patógenos virales, bacterianos y fúngicos que ingresan al cerebro a través de la nariz y el sistema olfativo", recoge el informe.
Los expertos detrás de este reporte apuntan que su artículo "promueve la hipótesis" de que el acceso de algunos patógenos pueda ser, "al menos parcialmente", el causante de esa inflamación. Y uno de los gestos que provoca ese acceso es la rinotillexomanía. Es decir, el acto de hurgarse la nariz.
Según el ya mencionado estudio, "varios patógenos" se han asociado con la enfermedad del Alzheimer. Entre ellos se incluyen virus –como del herpes simple tipo 1–, parásitos o bacterias –como la chlamydia pneumoniae–. Estos producen infecciones en la mucosa olfativa y, aunque a priori no causen síntomas evidentes, estos pueden llegar cuando los patógenos lleguen al cerebro.
La experimentación animal refuerza su teoría
En el informe, los investigadores han señalado que su hipótesis se ve reforzada por los experimentos que se han llevado a cabo con animales para otros estudios. En concreto, citan uno relacionado con la neumonía provocada por la bacteria de la Chlamydia.
Durante esa investigación, se infectó a un grupo de ratones con Chlamydia pneumoniae por vía intranasal. Con el paso de los días, los expertos comprobaron cómo se había producido en sus organismos una serie de cambios relacionados con las causas que derivan en la enfermedad del Alzheimer, como la desregulación de algunos genes.