¿Te molestan demasiado los ruidos que hacen los demás? Quizás tienes este trastorno
Es más habitual de lo que muchos piensan.
Sentirse molesto por ruidos cotidianos que hacen las demás personas como andar, comer, hablar o incluso respirar podría ser una señal de sufrir un trastorno neurológico que afecta hasta a una quinta parte de la población.
Su nombre es misofonía y hace que las personas que lo experimentan tengan un malestar insoportable y reacciones negativas muy fuertes ante sonidos normales que hacen los seres humanos.
Esa intolerancia a los sonidos cotidianos puede desencadenar en ansiedad y conductas agresivas en las persona que sufre el trastorno. A modo de símil, se podría señalar que el afectado percibe los ruidos que generan los humanos como los que emite una orquesta desafinada, generando así sentimientos desagradables.
La misofonía se clasifica como un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, es decir, un trastorno de personalidad caracterizado por un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal.
El término misofonía es bastante reciente desde el punto de vista de la literatura médica. En concreto el concepto fue acuñado en el año 2000 por los médicos estadounidenses especializados en otorrinolaringología Pawel Jastreboff y Margaret Jastreboff.
Respecto al origen de la misofonía, algunos estudios científicos apuntan a que podría estar causada por anteriores experiencias negativas asociadas a sonidos específicos. No obstante, cabe destacar que este trastorno neurológico no tiene reconocimiento oficial en las clasificaciones de trastornos psiquiátricos aceptadas internacionalmente: DSM-5 e ICD-10.