Soy técnico en nutrición y te revelo los mejores yogures que encontrarás en los supermercados españoles
La experta en nutrición Ana Luzón nos da las claves sobre cómo escoger estos lácteos.
Naturales, sin azúcares añadidos y enteros, no desnatados. Estas son las tres principales claves que debemos tener en mente cuando llegas al pasillo de los yogures del supermercado. Así lo recomienda la técnica en nutrición Ana Luzón y nos explica las razones.
Para empezar, la leche con la que se hacen los yogures “es un alimento bastante peculiar en sí mismo; es de los pocos que contienen cantidades reseñables de todos los macronutrientes”, resalta esta nutricionista. “Lo que es lógico si se piensa la función original que tiene: abastecer al ternero en las primeras etapas de la vida, por lo que debe ser un alimento completo, en general”.
Es cierto que a algunas personas les sientan mal los lácteos, pero también lo es que hay otras que prefieren evitar su consumo por razones ajenas a su salud. “Y esto ha propiciado que algunas corrientes de opinión aleguen que la leche no está diseñada para los humanos”, señala Luzón, “o que no deberíamos tomar leche porque, según esas personas argumentan, ‘somos el único mamífero que la toma como adultos”.
“Pero esta idea del diseño inteligente no vale en dietética”, aclara de forma tajante esta nutricionista: “No hay ningún alimento diseñado para los humanos, salvo la leche materna”. Y pone otros ejemplos que así lo demuestran: “Las abejas no hacen la miel para que nos la tomemos, ni una coliflor o un brócoli crecen para ser comidos…”.
En definitiva, según Ana Luzón, cuando nos encontremos frente a los estantes de yogures “hay que priorizar los enteros frente a desnatados. Y siempre naturales y sin azúcar añadidos”, asevera. “Los yogures griegos, por ejemplo, tienen más proteínas, y en general, todos los que sean altos en proteínas”, concreta.
Y es mucho mejor si, además, “tenemos la posibilidad de adquirirlos de vacas alimentadas con pasto en explotaciones extensivas”, ya que esto hace que “tengan una mejor calidad nutricional y, a su vez, garantizan que ha habido un mejor tratamiento animal”, aclara la nutricionista.
Como clave final, Ana Luzón, recuerda que, antes de salir del pasillo de los lácteos, no nos olvidemos de que también hay “otros interesantes, como los de oveja y cabra y fermentados, como el kéfir”.