Soy técnico en nutrición y estas son las infusiones que reactivarán tu memoria
La experta en nutrición Ana Luzón te da las claves para saber cuáles son las correctas.
La evidencia científica demuestra mejoras cognitivas, en indicadores como velocidad de reacción, memoria o fatiga mental asociadas a la ingesta de café, lo que se debe a la cafeína que contiene. La mayoría pensamos en la cafeína como un estimulante, pero ¿ cómo logra realmente este efecto en nuestro cerebro?
“El cerebro tiene receptores de adenosina, que monitorizan el nivel acumulado, enviando señales de cansancio o sueño cuando la adenosina supera cierto umbral”, explica la técnica en nutrición y dietética Ana Luzón. Es más, la gracia está en que la cafeína, “tiene una estructura molecular similar a la adenosina, haciendo que sea captada por los receptores de nuestro cerebro, pero sin ‘activarlos’. Esto inhibe parcialmente las señales de cansancio”. Es decir, lo que hace la cafeína es “inhibir los sensores de cansancio, pero nunca te va a provocar un ‘subidón’ más allá de lo que tus propios estimulantes naturales puedan ofrecer”.
Respecto al té verde, esta experta en nutrición resalta que “ayuda a aumentar la concentración debido a su contenido en L-teanina, además de promover un estado de relajación mental”. Es decir, “contrarresta los efectos negativos de la cafeína, por lo que si buscas potenciar la atención minimizando la estimulación, combina cafeína y L-teanina”, recomienda Luzón.
Otro aspecto a tener en cuenta del té verde es que contiene antioxidantes, como las catequinas, “que protegen las células cerebrales y mejoran el flujo sanguíneo cerebral, lo que favorece una función cognitiva óptima”.
Pero, ojo, aunque la cafeína y la L-teanina aportan foco y atención puntual, “su consumo crónico disminuye esos efectos mencionados, por los que hacer una pausa de cafeína de una semana cada pocos meses ayudará a potenciar su efecto cuando realmente te haga falta”, advierte esta experta.
Otra opción es el extracto de Ginkgo Biloba, producto del árbol homónimo, que se emplea en la medicina china tradicional para tratar la fatiga y otros males. “Gracias a su efecto vasodilatador, que mejora la circulación de la sangre, esta infusión estimula la actividad cerebral”, resalta Luzón. “Y lo hace de forma similar a lo que ocurre cuando se realiza actividad física, genera una sensación de alerta y vitalidad, lo que mejora la concentración y la memoria”. Respecto al ginseng, tiene muchos beneficios para la salud, la memoria, el sistema nervioso central, la digestión y el bienestar general. Mejora la función cognitiva con efectos positivos sobre la memoria, la concentración y el rendimiento mental a corto plazo, explica la experta. “Sin embargo, los estudios realizados han demostrado que tiene mejores efectos en los adultos de mediana y avanzada edad que en los jóvenes. Además, aumenta la energía ayudando con la fatiga, y el cansancio”, puntualiza.
Y, finalmente, no podemos olvidarnos de un producto tan de nuestro país como el romero. Ana Luzón nos recuerda que es una planta que se ha utilizado durante siglos para mejorar la memoria y la concentración. “En concreto, parece que sus beneficios se relacionan con la memoria prospectiva, que implica la capacidad de recordar eventos que ocurrirán en el futuro y recordar completar tareas en momentos específicos, lo que es fundamental para el funcionamiento diario”, especifica la técnica en dietética.
Y lo ilustra con un ejemplo: “Cuando alguien necesita acordarse de enviar una tarjeta de cumpleaños o tomar medicamentos en un momento determinado. Además, los compuestos aromáticos del romero, como el alcanfor y el 1,8-cineol, “pueden tener la capacidad de aumentar la actividad cerebral y mejorar la alerta mental cuando se inhalan”, dice Luzón. Algo intuíamos cuando andamos por los campos gozando de su aroma.
