Soy técnica nutricionista y debes comer 15 gramos diarios de un fruto seco, pero no por lo que crees
Este alimento muy español es nutricionalmente interesante aunque debe ir acompañado de unos hábitos saludables.

En los últimos días, se ha viralizado un artículo de un experto en longevidad que afirma que deberíamos consumir al menos 15 gramos de nueces al día para vivir más y mejor. Como técnica superior en nutrición y dietética, Ana Luzón explica que, aunque "entiende el entusiasmo que puede generar este tipo de mensajes fáciles de recordar, aparentemente avalados por la ciencia y con una promesa muy tentadora", también nos advierte que "es importante detenernos un momento y mirar el conjunto, no solo el alimento aislado".
La primera razón es que "las nueces son saludables, pero no mágicas", advierte. "Es un alimento nutricionalmente interesante porque contienen grasas saludables (sobre todo ácidos grasos poliinsaturados como el omega-3), fibra, minerales (como el magnesio y el zinc) y compuestos antioxidantes". Y recuerda que, de hecho, "varios estudios observacionales las han relacionado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y con cierta mejora en parámetros metabólicos". "Pero no se trata de que un alimento concreto tenga el poder de alargar nuestra vida como si fuese una pastilla", apostilla la nutricionista.
El problema no está en recomendar nueces, explica Luzón. "El problema está en convertirlas en un símbolo de salud aislado del resto de nuestros hábitos, como si con añadir un puñado al día bastara para compensar el sedentarismo, el estrés crónico, la falta de descanso o una alimentación pobre en variedad".
Otro consejo que lanza Ana Luzón es que hay que "tener cuidado con el nutricionismo". Se refiere a que el nutricionismo "es esa tendencia a reducir la salud a nutrientes o alimentos concretos, descontextualizando su consumo del patrón dietético y del estilo de vida". "Nos invita a pensar que si algo tiene omega-3, antioxidantes o proteínas, automáticamente es bueno, sin tener en cuenta cómo se integra en el resto de nuestra alimentación", añade esta experta. "Esta visión simplificada puede llevar a malentendidos, a frustraciones e incluso a sustituir alimentos más necesarios por otros que tienen mejor marketing".
Entonces, ¿deberíamos comer nueces? "Si te gustan, si encajan en tu día a día, si no tienes alergia y puedes permitirte comprarlas, claro que sí", responde Ana Luzón. "Las nueces son una buena elección dentro de una alimentación flexible, variada y basada en alimentos reales, pero no son imprescindibles". Es más, añade que puedes seguir una dieta perfectamente saludable sin ellas: "Lo importante no es que comas exactamente 15 gramos diarios de un fruto seco concreto, sino que construyas un patrón que te nutra, te sacie, se adapte a tus horarios, a tus gustos y a tus circunstancias", agrega.
"La longevidad no está en un puñado de nueces, sino en el conjunto de tus elecciones", resume Luzón. "Comer bien no va de coleccionar superalimentos, sino de crear un entorno alimentario sostenible, placentero y realista. Dormir bien, moverte cada día, tener vínculos sociales, gestionar el estrés, respetar las señales de hambre y saciedad, disfrutar de lo que comes… eso también alarga la vida. O al menos, mejora la forma en la que la vivimos", resalta la especialista en dietética.
Así que sí, en resumen, concluye Ana Luzón, "come nueces si te apetecen, pero no porque lo diga un experto en longevidad, sino porque te gustan, porque sabes que te sientan bien, y porque formen parte de una forma de cuidarte más completa y consciente. Y si un día no las comes, no pasa nada, tu salud no se juega en un solo alimento".