La regla del 26 para una siesta perfecta
Según la NASA.
Es de sobra conocido que la costumbre española de dormir la siesta, además de ser un placer veraniego, es de lo más beneficioso para cuerpo y mente. Sin embargo, la siesta ideal tiene que ser dentro de unos parámetros para que no afecte al sueño nocturno y no nos despertemos con sensación de embotamiento.
Ya en 1995 la NASA dijo cuál era la duración idónea de este sueñecito reparador. Según el experto en fatiga Mark Rosekind, una siesta de 26 minutos mejoraría el rendimiento en un 34 % y el estado de alerta en un 54 %.
De hecho, como recogió la BBC, en 2011 se recomendó a los controladores aéreos estadounidenses que durmieran siestas de 26 minutos, después de varios incidentes de trabajadores que se quedaron dormidos en sus puestos.
Un par de años después, la Escuela Médica de Harvard y la Clínica Mayo establecieron que la siesta debe durar entre 20 y 30 minutos porque de lo contrario puede causar somnolencia.
Como explicó en El HuffPost la experta en sueño M. Ángeles Bonmatí, la siesta no es necesaria y hay personas que no la necesitan, "pero si se considera y se puede dormirla, lo que se recomienda es que no sea muy larga. No debe exceder la media hora".
Como apuntó, "si se duerme demasiado durante la tarde, eso va a hacer que nos cueste más dormir durante la noche. El sueño importante para nuestra salud es el de la noche".