Prueba a desayunar un huevo duro cada día durante un año y tras ver los análisis de sangre toma una decisión

"Ha mejorado mi salud". Esa es la conclusión a la que ha llegado una mujer de Tailandia, Li Min, de 63 años, a la que diagnosticaron hipercolesterolemia y enfermedad leve del hígado graso. Tras esto, se decidió a mejorar su alimentación: redujo su consumo de fritos y, en su lugar, optó por alimentos hervidos y al vapor. 

En concreto, según recoge el medio Sanook, comenzó a comer huevos cocidos todas las mañanas, un hábito que prolongó durante todo un año.

Pasado este tiempo, se hizo un chequeo médico, que arrojó unos resultados bien positivos. Sus niveles de lípidos en sangre habían vuelto a la normalidad y el hígado graso había mejorado.

Los huevos, que son una fuente de proteína, contienen además vitaminas A, B, D, E, K, omega-3, lecitina y zinc, entre otros nutrientes. 

También aportan colina, que se ha asociado a la mejora y prevención de la enfermedad del hígado graso.

Sanook también cita una investigación de la Universidad de Pekín que halló que las personas que comían de 4 a 7 huevos por semana tenían niveles más altos de ApoA1 (un componente de las grasas buenas, HDL) y niveles significativamente más bajos de LDL (colesterol malo).

Más allá de este caso particular, los expertos recomiendan no depender de un alimento en concreto, sino más bien, implementar hábitos saludables, que incluyan una alimentación sana y variada. 

Antes de introducir cambios en tu dieta, lo aconsejable es siempre consultar primero con un profesional de la salud.