La psicología da respuesta a lo que significa dejar siempre la cama sin hacer
Hay diversos problemas que nos pueden llevar a este hábito, que, si superamos, mejorarán nuestra motivación y productividad.
Como otras actitudes que reflejan dejadez, dejar la cama sin hacer dice mucho de la personalidad de las personas que tienen esta costumbre de forma habitual. Así lo destaca la psicología y esta disciplina pone el punto de mira sobre todo en los casos en los que no se trata de una costumbre puntual sino permanente. En general, hay una serie razones que nos pueden llevar a este hábito.
La primera razón puede ser la falta de energía, tanto física como mental. Quizás el día a día es tan intenso en ese momento de tu vida que cualquier cosa adicional en la que pensar te cueste muchísimo esfuerzo. Por esta razón, es común que las personas dejen las tareas del hogar como la de sus prioridades.
La segunda es la llamada procrastinación. Es decir, se trata de personas que, en realidad, buscan actividades que les den una satisfacción de inmediato y dejan el resto para no se sabe cuándo. Lo que acaba provocando que muchas veces pierdan el tiempo y no hagan casi nada.
En estos casos, los psicólogos aconsejan que se ponga en práctica el hacer estas tareas rutinarias, como la de hacer la cama, como rutina al levantarnos, sin dejar tiempo a nuestro cerebro ni siquiera a que le dé tiempo a pensar: "tengo que hacer la cama".
Si se consigue, se conseguirá superar esta especie de desidia y muchas personas logran con ello vencer la procrastinación precisamente cuando se dan cuenta de que se sienten satisfechos al haber cumplido con aquello que les costaba tanto y en ver los resultados, como tener la habitación ordenada y limpia.
Otro aspecto es simplemente la falta de disciplina. Algo que también afecta a esas personas a otros aspectos de su vida. De hecho, puede que tengan problemas, en general, con cumplir tareas y obligaciones.
El lograr superar estas situaciones tiene un premio adicional, además, que nos proporciona de forma automática nuestro cuerpo. Se trata de que, una vez que completes la tarea, tu cerebro segregará dopamina, la hormona del placer. Esto hará que nos sintamos mejor, que se reduzca el estrés que podemos padecer, que organicemos mejor nuestro tiempo y, entre otras cosas que aprendamos a autocontrolarnos mejor y, por tanto, a concentrarnos mejor en todas las tareas de nuestra vida.