La planta favorita de los perezosos que produce la verdura muy consumida en España pone a raya al colesterol
No necesita demasiados cuidados y se puede cultivar en cualquier lugar.
A la hora de iniciarse en el cultivo de verduras en un pequeño huerto e incluso en casa, las espinacas son una de las opciones perfectas. Conocida como la "verdura de los perezosos" se puede cultivar tanto en un pequeño huerto como en una jardinera de un balcón en una terraza.
No necesita cuidados específicos y tolera bien el frío, lo que lo hace perfecta para cultivarla fácilmente en cualquier lugar. "Tradicionalmente se cultivan dos tipos de espinacas: las de verano, con semillas lisas y apenas resistentes a las heladas; y las de invierno, totalmente resistentes a las heladas, de semillas espinosas y, generalmente con hojas más lobuladas. Esto nos permite disponer de espinacas durante todo el año", explican en la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Además de su facilidad para el cultivo, las espinacas destacan por su valor nutritivo, especialmente por su contenido en vitaminas y minerales.
"En concreto, este alimento es fuente de folatos, vitamina C y vitamina A y vitamina E. Los folatos contribuyen a la formación normal de las células sanguíneas. La vitamina C contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo, al igual que la vitamina E. Por último, la vitamina A contribuye al mantenimiento de las mucosas, la piel y la visión en condiciones normales", explican en la FEN.
También destacan por su alto contenido en betacarotenos (3.254µg/100 g de espinacas crudas), que se acaban transformando en vitamina A en nuestro organismo. Asimismo, es importante, tal y como recoge la FEN, su contenido en hierro no hemo, más difícil de absorber que el hierro hemo presente en la carne, pero cuya absorción se facilita por su alto contenido en vitamina C.
Todo este contenido en minerales y vitamínico es favorable para reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, al igual que otras verduras de hoja verde. Según un estudio realizado en ratas por la Universidad de Murcia en 2019, se demostró que el consumo de espinacas y tomate disminuyen de forma considerable los niveles séricos de glucosa, así como el colesterol y los triglicéridos.
Concretamente, el estudio puso el foco en que la ingesta de espinacas se ha relacionado con la prevención de la acumulación excesiva de colesterol hepático.
