La 'milagrosa' medicina con sabor a vainilla extraída del ano de los castores
Aunque hoy en día apenas tiene uso.
En el pasado había un medicamento que salía directamente del ano de los castores: el castoreum. Se caracterizaba, además de por sus supuestas propiedades curativas milagrosas, por un olor y sabor a vainilla. Pero dejó de utilizarse debido a que esta especie animal comenzó a estar en peligro de extinción.
El castoreum es una secreción oleosa que sale de las glándulas del ano de los castores. Después de estudiarla a fondo durante años, se descubrió que está formada por hasta 24 compuestos diferentes. Destacan algunas feromonas como el catecol o alcaloides como la nupharamina.
Pero también tiene salicina -precursora del ácido acetil salicílico-, que durante miles de años ha servido para tratar enfermedades. No solo se usaba con fines analgésicos, sino también como componente de otros fármacos: antipiréticos, antiinflamatorios, o medicamentos para la tos o la dismenorrea.
Actualmente ya no se utiliza esta sustancia por falta de evidencia científica. Aunque sí que está presente en algunos remedios homeopáticos.
Uso del castoreum en perfumería
Esta sustancia se ha utilizado también para fabricar perfumes, aunque con el paso de los años se ha ido sustituyendo por un compuesto sintético. Esto se debe a que las glándulas anales del castor tenían que estar secándose durante al menos dos años. Después se conseguía una sustancia con un olor similar al cuero.
Muchas marcas que comercializan perfumes de alta gama lo han utilizado: Givenchy III, Shalimar de Gerlain o Chanel Antaeus.