La eterna duda con la rúcula: cruda o hervida para recibir un cohete de propiedades
Se trata de un vegetal de hoja verde con muy pocas calorías.
La rúcula ha ganado popularidad estos últimos años gracias a su uso en la gastronomía italiana. La emplean desde sus ensaladas, para acompañar carpaccio o en forma de pesto e incluso cocinada sobre la pasta, la pizza o los risottos.
Con el nombre científico de Erucula vesicaria es parte de las crucíferas, lo que la hace más cercana a verduras como el brócoli que a la clásica lechuga. De hecho, no se suele encontrar sin envoltorio y suele ser popular entre las ensaladas de bolsa, mezclada con otras hojas verdes o solo rúcula.
Se trata de un vegetal con un coste calórico muy bajo de unas 30 kcal por cada 100 gramos, tal y como apuntan desde Directo al paladar, y cuyo principal contenido es de "micronutrientes y agua".
Cuenta con un aporte reducido de hidratos de carbono, 3,6 gramos y 2,58 gramos de proteínas vegetales. Además, tiene un aporte rico en fibra, pero no tanto como otras como la lechuga o las coles, por lo que lo hace más propicio para las personas con digestión más delicada o sensible a esta sustancia.
En cuanto a nutrientes se trata de un vegetal rico en vitamina A y antioxidantes, lo que le hace tener buena capacidad antiinflamatoria.
En cuanto a la duda de si tomarla fresca, la Gazzetta recomienda ambas, siempre y cuando no se cocine más de 30 minutos, cuando se empiezan a perder las propiedades. De forma cruda, mediante ensaladas o pestos permite asimilar de forma más rápida vitaminas, minerales y antioxidantes.
Sin embargo, también está la opción de hacerla en un breve salteado o sofrito con aceite de oliva, acompañar la salsa de las pastas o para completar una focaccia.